lunes, 22 de octubre de 2012

DARWINISTA Y TAURINO

Homenaje y recuerdo a Jaume Josa Llorca (1945-2012), uno de los imprescindibles.

Jaume Josa, una mirada cómplice en los toros, en la vida.
A.M.


Obituario publicado por Paco March en La Vanguardia

Jaume Josa, Joselito, Salvador Boix. Parlament de Catalunya 2010

Una cornada certera contra la que luchó durante casi un año nos ha dejado sin Jaume Josa, justo en el momento en que más falta nos hacía su sereno juicio y su sabia ironía, su talla intelectual y humana.

Jaume gustaba de resumir todos sus saberes en una sola definición: biólogo. Pero era mucho más, no sólo en cuanto a títulos y ocupaciones sino también por su forma de estar en el mundo. Investigador del Departamento de Historia de la Ciencia de la Institución Milá y Fontanals (CSIC) y profesor de Historia de la Biología en la Universidad de Barcelona, entre otras ocupaciones universitarias, fue el editor de “El origen de las especies”, además de redactar la introducción y prologar otras ediciones y , en 2009, junto al profesor Alberto Gomis, y con motivo del bicentenario del nacimiento de Charles Darwin, recopiló , comentó y analizó la segunda edición de la “Bibliografía crítica ilustrada de las Obras de Darwin en España.

Jaume Josa , de porte elegante y cabello revuelto, paseaba su observadora mirada por una Barcelona , una Catalunya que cada día le parecía más inhóspita. Su sólido pensamiento progresista, chocaba con determinados posicionamientos de la política imperante y, de entre ellos, el tema taurino era el que más le rebelaba.

Clamó al cielo cuando, en 2004, el Ayuntamiento proclamó a Barcelona como “ciudad contraria a las corridas de toros” , y (como tantos) se sintió agredido. Abonado durante décadas en el Tendido 2 de la Monumental, desde el que, en compañía de pintores, escritores, arquitectos, periodistas, cantantes ( “La Voss del Tropico) , Jaume Josa vivió tardes gloriosas y otras no tanto, tragedias (como la de la cogida fatal de José Falcón, que dejó viuda a Rosa Gil , en cuya “Casa Leopoldo” , Josa era fiel comensal ) y, en los últimos años, la revelación tomasista,

En 2009 , Jaume Josa, junto a Pere Gimferrer, redactó el “Manifest de la Mercè per la Llibertat” en defensa de una Fiesta amenzada, tanto, que en marzo de 2010, fue de los primeros comparecientes (junto a Salvador Boix y Joselito) en el Parlament para, en un emocionado y emocionante discurso, reclamar (sin éxito) de sus señorías el seny perdido , que llevó a la prohibición taurina catalana.

Jaume Josa jamás abdicó de nada aunque supo escuchar a todos y gustaba de rematar muchas de sus sabias palabras con un ¿t'ha agradat aquesta?, buscando en el interlocutor la complicidad necesaria que ratificase lo dicho. La súbita enfermedad, la cornada asesina, le apartaron durante meses de la vida pública, a la que se incorporó con no poco esfuerzo. En mi retina y en mi corazón queda la última vez que le ví.

Fue el 16 de septiembre, en Nîmes, al salir de la memorable mañana de José Tomás en su Coliseo romano. Sentado al sol inclemente, con traje , corbata y sombrero, Jaume Josa se sentía plenamente feliz, la enfermedad apenas parecía importar y en sus ojos brillaba la emoción de quien , en algo más de horas, había dado respuesta a muchos de los interrogantes de la vida. ¿T'ha agradat aquesta, Jaume?. Va por tí.
P.M.

Presentación libro "Crónicas para un adiós. O no."




martes, 16 de octubre de 2012

MANO A MANO EN RELLEU

A continuación reproducimos el artículo publicado hoy con mi firma en el semanario 6Toros6

Okupar, ya sea episódicamente, el espacio (brillante, sagaz, mordiente, pasional, cabreado…) que durante años en esta revista firmaba Álvaro Acevedo ¡va por ti, compañero! no sólo bloquea la inspiración sino que supone una doble responsabilidad, con el lector y con uno mismo. Por eso, que mejor que hacerlo desde territorios amables y conocidos.

Verán. En 2009, por el Pilar zaragozano, dijo adiós a todo esto y después de treinta y tres años ininterrumpidos desde la alternativa , Luis Francisco. Esplá. No fue la tarde que el maestro merecía, los toros no la propiciaron, pero la justicia ya había llegado cuatro meses antes, el 5 de junio, en Las Ventas y “Beato” mediante. 

Hombre y torero cabal, a Esplá ni se le pasa por el magín volver a enfundarse el “chispeante” y su contacto con la profesión se limita a, esporádicamente, acompañar a su hijo Alejandro en su preparación ( que no fructifica en los despachos). Pero el pluridemensional alicantino, en el retiro de su finca ( “Realet”) al pie de la Sierra de Aitana, con el Puig Campana recortando su imperial silueta en el horizonte próximo, es feliz entre palmerales, asturcones, yeguas, perros, pavos reales, conejos, ranas… al tiempo que , con metódico caos , pinta, diseña, escribe, da conferencias donde le llaman (y le pagan). Sólo una aventura (aquello de asesor cultural en la nueva Taurodelta) que murió antes de nacer, le puso por unos días otra vez en la órbita del planeta taurino. 

Y es allí, en la que gusta llamar “República independiente de Realet” (término municipal de Relleu), donde ha levantado una placita de tientas en la que periódicamente se dan cita sus amigos para celebrar la vida, que no es poco. Se torean becerros llevados para la ocasión y, antes y después, se bebe, se come, se canta y baila. 

Ahora, que se cumple un año desde que el proyecto fue realidad, Esplá ha convocado de nuevo a sus amigos, que llegarán en peregrinación desde Alicante, Valencia , Castellón Madrid, Barcelona, Jerez, Salamanca... Y a El Soro, hecho un pincel. 
El de Foios, pasado el calvario de sus operaciones y deiciocho años después de su forzosa retirada, se vestirá de corto y, con él y sin que sirva de precedente, Esplá .

Otra vez Esplá y El Soro juntos ( como tantas tardes, en tantas ferias, a plaza llena y compartiendo cartel con Paquirri, Morenito o Mendes). Será como un guiño, una pirueta de las que “Bambino” dibujaba ante los pitones con los palos en la mano, o esos “molinillos” de Vicente corriendo hacia el toro antes de cuadrar en la cara. 

Aquel cartel, el de “los banderilleros”, al que muchos miraban por encima del hombro de su estúpido ego, salvó muchas ferias, justo lo que hoy se echa en falta. 

Dos tauromaquias distintas, dos pasionales formas de entender la vida y el toreo, vuelven, por un día y en pequeño formato, Esplá y El Soro. De traca.

P.M.

domingo, 14 de octubre de 2012

DOS GESTOS TOREROS

A propósito del adiós de Rivera Ordóñez reproduzco el texto publicado en La Vanguardia el 7 de marzo de 2009 sobre la concesión de la Medalla de las Bellas Artes


Paco Camino y José Tomás devuelven sus Medallas de las Bellas Artes.

Esta vez la convulsión viene desde dentro. La concesión por parte del Ministerio de Cultura de la Medalla de Oro de las Bellas Artes al matador de toros Francisco Rivera Ordóñez ya fue contestada, a porta gayola por el diestro” Morante de la Puebla” quien no dudó en calificarla de auténtica vergüenza. A la vergüenza torera invocan el gran maestro retirado Paco Camino y el mismísimo José Tomás, figura máxima, para retornar, carta mediante, las Medallas que el susodicho Ministerio tuvo a bien concederles en 2004 y 2007, respectivamente. Y es que el desatino viene ya desde la indocumentada y surrealista argumentación(sic) del propio ministro César Antonio Molina en la que habla de la técnica, la estética y el reposo adquiridos con los años por el hijo de “Paquirri”. O le ha aconsejado un japonés o desconoce ( lo que es más grave, siendo su responsabilidad la que es) el concepto de arte de Fernando Pessoa : “ el arte es un esquivarse a hacer o vivir, es la expresión natural de la emoción, distinta de la vida. El arte consiste en hacer sentir a los demás lo que nosotros sentimos, liberarlos de ellos mismos, proponiéndoles nuestra personalidad como una especial liberación”.

En los trece años en que Cultura lleva distinguiendo a profesionales de diversos ámbitos con tal galardón, han sido varios los toreros que la han recibido , desde Antonio Ordóñez ( abuelo de Rivera ) a Ponce, pasando por Curro Romero, El Viti, Pepe Luis Vázquez, Miguel Báez Espuny “Litri”, Álvaro Domecq, Ángel Luis Bienvenida, Manolo Vázquez, Rafael de Paula ,José Mº Manzanares (padre), Juan A. Ruiz “Espartaco”, “ Antoñete “ más los mencionados Camino y Tomás y siempre con alborozo de todos aquellos que piensan/pensamos que el toreo es sin duda una de las más bellas artes y que todo reconocimiento que se le tribute no es más que un eslabón más en la cadena que debe unirlo a una sociedad que no deja de recibir mensajes a la contra en nombre del buenismo. Al relance de todo ello, no deja de resultar paradójico que, a nivel administrativo, la Fiesta de los toros dependa del Ministerio de Interior y no del de Cultura, en una reivindicación constante y nunca atendida.

Y ahí le duele. Quizás sea, como apuntan el “niño sabio de Camas” y el “monstruo de Galapagar” en su misiva de repudio, que los de la cultura no se enteran demasiado de que el Arte del Toreo es otra cosa y es más , mucho más, que la figura apuesta y aflamencada, las risas y los guiños al tendido ( a poder ser, a las barreras ocupadas por distinguidas damas ) o el ruedo convertido en pasarela.


Puede no ser éste el mejor momento para la desunión entre el mundo taurino. Los abolicionistas redoblan sus campañas y se avecinan tiempos difíciles a los que no va a ayudar la crisis económica generalizada cuya influencia sobre la infraestructura de la Fiesta aún está por ver en esta temporada que empieza a dar sus primeros pasos pero en la que se intuye una reducción del número de festejos, especialmente aquellos que ya parten del supuesto deficitario hasta ahora paliado por las Administraciones . Pero esos temores no deben suponer coartada para quienes se ponen la historia y los hechos por montera y, desvirtuando la realidad , no hacen más que socavar los cimientos de un rito único.

La fiesta del arte y el valor , la más culta que hay en el mundo , escribió Lorca, se afirma tarde tras tarde con quienes hacen de ella una ceremonia sacrificial en la que se pone la vida en juego, con toro y torero en artística danza de vida y muerte, en efímero haz de luz .

El gesto torero de Camino y Tomás, ese “ahí os quedais”, así como las palabras de Morante, les engrandece a ellos y a la Fiesta.
P.M.



viernes, 12 de octubre de 2012

APOLOGÍA Y PETICIÓN

Y qué decir de nuestra madre España,

este país de todos los demonios

en donde el mal gobierno, la pobreza

no son, sin más, pobreza y mal gobierno

sino un estado místico del hombre,

la absolución final de nuestra historia.


De todas las historias de la Historia

sin duda la más triste es la de España,

porque termina mal. Como si el hombre

harto ya de luchar con sus demonios,

decide encargarles el gobierno

y la administración de su pobreza.


Nuestra famosa inmemorial pobreza,

cuyo origen se pierde en las historias

que dicen que no es culpa del gobierno

sino terrible maldición de España,

triste precio pagado a los demonios

con hambre y con trabajo de sus hombres.


A menudo he pensado en esos hombres,

a menudo he pensado en la pobreza

de este país de todos los demonios.

Y a menudo he pensado en otra historia

distinta y menos simple, en otra España

en donde sí que importa un mal gobierno.


Quiero que creer que nuestro mal gobierno

es un vulgar negocio de los hombres

y no una metafísica. Que España

debe y puede salir de la pobreza,

que es tiempo aún para cambiar su historia

antes que se la lleven sus demonios.


Porque quiero creer que no hay demonios.

Son hombres los que pagan al gobierno,

los empresarios de la falsa historia,

son hombres quienes han vendido al hombre,

los que la han convertido a la pobreza

y secuestrado la salud de España.


Pido que España expulse a esos demonios.

Que la pobreza suba hasta el gobierno.

Que sea el hombre el dueño de su historia.

(Jaime Gil de Biedma, 1959)


Medio siglo después, ahí estamos.

CARTA A WERT


Sr. Ministro: El día que nací yo – pronto hará 60 años- en Barcelona (Cataluya), me españolizaron. No fui un caso único, desde luego, pasaba lo mismo con todos los niños y niñas que allí- en Catalunya, digo- lo hacían desde que Franco ganó una guerra trucada y (casi) todos perdieron.



En Catalunya, donde nací, a la negación de la libertad – propio del fascismo imperante-se añadió,en lógico corolario, la de la cultura y lengua propias. Dos, tres generaciones que crecieron en la lengua del Imperio (venido a menos).

El catalán se hablaba en la intimidad (como dijo aquel señor tan chistoso con bigotillo que se hizo una foto en las islas del anticiclón), en las escuelas ni por asomo, , y , si de estudiar autores catalanes se trataba, la cosa iba de Jacinto Verdaguer a Eugenio D'Ors, como mucho. La gramática catalana, no existía pues, para ellos, la lengua, tampoco. El catalán quedaba reducido a dialecto minoritario que algunos recalcitrantes se empeñaban en mantener en pueblos de Osona, La Garrotxa o El Penedés (valgan como ejemplos) mientras en las ciudades sólo se oía en cenáculos de la burguesía ilustrada, que, como siempre, nadaba y guardaba la ropa.

Un fenómeno hizo despertar del letargo. Nova Cançó la llamaron y, por ahí, en los jóvenes empezaron a calar mensajes y palabras, hasta el punto de que muchos accedimos a las primeras nociones de catalán traduciendo y memorizando lo que Raimon, Llach, Pi de la Serra, el propio Serrat cantaban, lo mismo que hacíamos con el inglés de Dylan y Los Beatles o el francés de Brel y Brassens, entre muchos más, claro.

Los movimientos políticos, desde la clandestinidad, también pusieron lo suyo para que la lengua propia empezara a tener visibilidad al tiempo que era factor de integración de los inmigrantes, hasta el punto de que fueron éstos los que, por delante de las grandes familias catalanas, encabezaron las luchas por la recuperación de lo que nunca debieron arrebatar.

La Asamblea de Catalunya (nada que ver con esa nueva Asamblea independentista) fue el impulso necesario y combativo, previo a la normalización democrática a partir de la muerte del Dictador.

En esa normalización, la lengua era factor fundamental. , pese a errores, hoy los niños de Catalunya (los aquí nacidos y los llegados de cualquier lugar) crecen, se forman, estudian, viven, sin problema lingüistico alguno, más allá de los que los guardianes de las esencias (de uno y otro lado) quieran inventarse.

No sigo, Ministro, entre otras cosas porque sé que usted todo esto que le digo lo sabe. Precisamente por eso, Ministro, debería irse. Usted, cuando dijo lo que dijo, lo hizo a conciencia, sabiendo las consecuencias, calculada la repercusión. Y eso le convierte en aún más peligroso.

De paso, Ministro, haría un favor a la Fiesta.

P.M.

miércoles, 10 de octubre de 2012

ZARAGOZA, ZARAGOZA,
EL QUE NO SE JODE GOZA

Eso cantaba La Bullonera hace tres décadas y, ripio aparte, vale para cualquier ciudad, pueblo o pedanía de este país en venta. A la espera del día grande de las fiestas del Pilar, su feria taurina, aprobada por la Diputación y diseñada de espaldas a la realidad, se desarrolla con los tendidos vacíos (un cuarto de entrada, dos mil personas) salvo, mire usted, el primer día en que se anuncian las llamadas figuras y los toros que con ellas van.


Ni mano a mano, ni ganaderías “duras”, ni toreros en buen momento (Curro Díaz, Morenito, Fandiño...) ni locales. La vuelta de Padilla al “lugar del crimen”, con Juli y Talavante sí llena, veremos que pasa mañana y lo que resta.

Mientras las redes sociales y determinados profetas insisten en que la “salvación” de la Fiesta sólo llegará vía encastes minoritarios (sic), toreros que los lídien (otra cosa es eso tan cursi del lucimiento), suerte de varas como soñó Hillo y demás zarandajas, la tozuda realidad se empeña en demostrar lo contrario.


Las plazas no tanto como en épocas más agradecidas pero sí en número significativo, se llenan al reclamo de los nombres que, sólo pronunciarlos, a algunos les produce urticaria. Nada nuevo, ciertamente, basta repasar sesudas crónicas de décadas anteriores, pero ahora amplificado por las nuevas tecnologías. En cuanto a las ganaderías (algo a lo que la mayoría de quienes ocupan el tendido, no digamos las barreras, les preocupa lo mínimo) su grado de influencia para elegir tal o cual cartel de, pongamos, una feria no pasa de la curiosidad.                                                                            

Pero todo ello no es producto de una confabulación astral, sino, en parte, consecuencia, precisamente, de un déficit en la información taurina incapaz (salvo las excepciones de rigor que a cada uno le plazcan) de explicar, enseñar, valorar lo que sucede en el ruedo más allá de filias, fobias e intereses particulares. Así las cosas, el espectador inquieto, el que busca información que le permita dotar de contenido a su íntima percepción, se encuentra ante un estanque de aguas contaminadas, mientras el aficionado opta por el “a mí no me engañan” o la adscripción a quien más se acerca a sus valoraciones, compartidas con tal o cual firma, medio, portal, webb o blog.

Se avecina un invierno crudo para todo y todos que, en lo que concierne al toreo, reclama altura de miras, lejos de ombliguismos, fundamentalismos, maniobras en la ocuridad, intereses evidentes u ocultos, a la busca del lugar de encuentro necesario, el equilibrio imprescindible para , venciendo enemigos dentro y fuera, la Fiesta inmediata y la del futuro se dote de una autenticidad y transparencia de la que hoy carece.

Claro que todo se va al carajo (en Catalunya, de momento) cuando el ministro de la cosa cultural y taurina, Wert, sigue siendo, como el resto de sus compañeros del gobierno ( y tantos opinadores en los medios), una máquina de fabricar independentistas. La última, eso de “españolizar a lo niños catalanes” a lo que al diputado de ERC, el inenarrable Alfred Bosch, le responde con “igual está pensando en vestirlos de torero”. Y así ¿como pensar en que las corridas de toros vuelvan a La Monumental?. Algo que, por cierto, tampoco creo importe demasiado a tantos de los nuestros apuntados al discurso anticatalán puro, duro y sin matices. Ese que les une a sus contrarios, en el fondo tan iguales. Esos que se exclaman porque el Camp Nou se transforme en senyera pero miran hacia otro lado (en el fondo, les mola) cuando en el Bernabeu, Calderón, Cornellá, Villamarín y tantos más se izan banderas anticonstitucionales y nazis.

Como dijo aquella rubia, a joderse. Lo de gozar está chungo.
P.M.

sábado, 6 de octubre de 2012

¿QUÉ DIRÍA VÁZQUEZ MONTALBÁN ?

Manolo Vázquez Montalbán, al que su rojo corazón le estalló en 2003 en el aeropuerto de Bangkok, en esos Mares del Sur que Carvalho gustaba visitar, acuñó en su día una frase que pronto hizo fortuna: “Contra Franco vivíamos mejor”.

El propio autor pronto renegó de las interpretaciones que de la misma se hicieron, siempre a conveniencia. La habitual y sabia ironía de V.Montalbán, que gustaba de jugar con las palabras para dotarlas, incluso, de un significado opuesto al de su lectura, adquiría aquí tintes de provocación hacia una izquierda (la de entonces, hablamos de los primeros años del PSOE en el Gobierno y con un PCE cada vez más a la deriva) incapaz de superar lo que durante muchos años (sobre todo el PCE, claro, que los otros estuvieron buen tiempo de vacaciones) había sido epicentro de sus estrategías.

Vázquez Montalbán, capaz de simultanear sesudas reflexiones sobre, por ejemplo, la aplicación de la teoría marxista en el régimen de Pol Pot con horas en la cocina preparando recetas inverosímiles o de la abuela; agudísimo observador de la realidad; novelista de éxito; poeta tan notable como minoritario, militante de causas más o menos perdidas; fascinado, al final, por el Subcomandante Marcos, tanto como por Kim Novak antes (por otros motivos facilmente comprensibles); referente de una izquierda que se iba (ya se ha ido, en su ausencia) a pique, era, además, un enfermo de fútbol (lo veía todo, a cualquier hora, de cualquier categoría, en tiempos en que la saturación de retransmisiones o canales no era la actual). Y del Barça, incluso en los años en que estaba mal visto entre los guardianes de la ortodoxia de las ideas ¿que ideas?mostrarse como consumidor del opio del pueblo.

A él se debe otra ocurrencia que ahí quedó: “El Barça es el ejercito desarmado de la catalanidad”.

Cuando lo dijo, en la época de aquel presidente de aires napoleónicos y lágrima fácil con nombre de constructor, añadió una muesca al “Barça més que un club” de Montal y, más aún, a la respuesta que el precedente Narcís de Carreras soltó en la cara de la esposa de un gerifalte franquista quejosa de que los azulgranas ganasen una Copa. Dijo la señora: “la pena es que no son españoles”, a lo que el presidente Carreras respondió. “no fotem, senyora, no fotem”.

Cuando murió V.Montalbán, sólo hacía cuatro meses que Laporta había sido elegido presidente, por lo que Manolo no pudo ver ni el inicio del esplendor deportivo que aún perdura ni tampoco la deriva socio-política de la entidad.

Aquel “ejército desarmado”, que con Laporta se fue dotando de munición y al que Rosell (que, al ser elegido, enfatizó sobre la despolitización de la Entidad), atento a los vientos (huracanados)que corren ya lleva, directamente,  al “combate”.

En la calle, en los medios, sólo parece haber un leitmotiv, Independencia, que, coreado, suena así: in-indé-independència, mientras se agitan senyeras esteladas. Se anuncia despliegue de todo ello para el Barça-Madrid, convertido en excusa para que, ante una audiencia planetaria, sea eco de reivindicaciones tan legítimas como arteramente manipuladas.

Uno (culé hasta el túetano, catalán por cuna, ciudadano del mundo por elección) añora aquellos Barça-Madrid de su infancia y adolescencia, en los que, sí, ganar al Real era poner una pica en la Flandes franquista pero, al tiempo, te sentías solidario con un país (España, la llaman) en el que (casi) todos luchaban por recuperar libertades y sonrisas y en el que, precisamente Catalunya era el ariete por el que entraban soplos de europeismo y tolerancia. 

Tiempos de Ramallets o Sadurní, de Vicente o Betancourt, de Olivella o Benitez, de Miera o Pachín, de Gallego, de Eladio, de Sanchís (padre), de Zoco, de Segarra y Gensana, aún Kubala o Kocsis , de Di Stefano o Gento, de Zaldúa, Pereda, Zaballa, Grosso, Pirri, Amancio, Fusté, Mendonça (quien no haya visto a Mendonça no sabe lo que es jugar al fútbol como torea Morante), tantos nombres (como los del resto de equipos, claro, pero hablamos de lo que hablamos) que, domingo a domingo (cuando entonces, se jugaba los domingos y a las cinco de la tarde), retransmisiones radiofónicas, carrusel y quiniela mediantes, con la voz de locutores como Valdivieso, Juan de Toro, el gran Matías...que, sin alaridos, sin maltratar el lenguaje, te hacían ver lo que sólo al oído llegaba.


Otros tiempos , todo estaba por hacer o eso creíamos y el fútbol (como los toros o casi y según donde) era escape momentáneo hacia territorios más amables que la dura realidad. Y los Barça-Madrid (Gardeázabal, Ortiz de Mendíbil, Guruceta..), dos por temporada, acaso cuatro si la Copa de Europa o la Copa del Innombrable no los juntaba, eran, sí, más que un partido, pero sólo eso.

Ahora, ante el Barça-Madrid de la independencia (el mismo día, en la plaza de toros de Tarragona reconvertida, sin toros, en Tarraco Arena, se disputa “la Champions de los Castellers) uno se pregunta: ¿Qué diría Vázquez Montalbán?.
P.M.

jueves, 4 de octubre de 2012

LOS TERTULIANOS

Todo lo saben, de todo opinan. Son los tertulianos, esos seres que se aparecen de continuo en emisoras de radio y televisión: Que crecen, se multiplican y propagan cual virus mutante.

En su composición los hay que fueron ministros o diputados, políticos variopintos y pintorescos, periodistas con o sin carnet, economistas y abogados, progres y fachas. También de los del corazón y las vísceras, deportistas, árbitros, especímenes diversos que componen, entre todos, un clan, una secta, una logia, repartida y repetida por el universo de las ondas hertzianas y las parabólicas de pago o no.

En la sociedad de la información transmutada en manipulación pura y dura, el medio no es el mensaje, convertidos los medios en holdings empresariales, hidras de muchas cabezas con un tronco común: la rentabilidad económica y, a ser posible, el beneficio rápido, allá penas las formas y el método.




Y ahí están ellos/as, tan ufanos (lo del neutro ya sabemos que ha pasado a mejor vida, pero lo utilizaré), pontificando, adoctrinando, corrigiendo, señalando, insultando, aplaudiendo. Sus rostros (caras, les define mejor), sus voces, invaden nuestras vidas. Nos persiguen, saltan de una cadena a otra, de una autonomía a otra (algunos cambian de cadena y de idioma con facilidad de saltimbanqui ) y lo mismo explican la teoría cuántica como el cultivo de la patata en Mesopotamia. Los hay moderados, otros irascibles, graciosos o malencarados, sentenciosos o no tanto, chulos o (pocos) dialogantes, cínicos, salvapatrias, perdonavidas, con pasado, con presente y con futuro. O sin él.

Se presentan, ya digo, como profesionales de algo y expertos en casi todo y los hay que incluso imparten lecciones de ética. Ahí, quien se lleva la palma es Mario Conde, (re)convertido ahora en apóstol de la regeneración moral, ética y estética y pelillos a la mar.

Se etiquetan como de izquierdas, de derechas o neutros (esos son, aún, más peligrosos) y en media hora, en una hora, pueden cambiar de tema tres, cuatro, cinco, las veces que convengan, y sus mentes prodigiosas acumulan datos, nombres (otra cosa es la veracidad, pero poco importa) que vomitan sin pudor y gesto de “te vas a enterar” mientras el resto hace muecas, gesticula (para desconcertar) o, directamente, interrumpe a voces y quien modera les observa con embeleso y les reconviene cuando, vía pinganillo, así se lo dictan.

Claro que también los hay que aportan sentido común, conocimiento del tema, actitud serena, pero, al poco, quedan engullidos por la jauría y, por lo general, no vuelven. No dan espectáculo.

Por cierto, siempre me pregunto cómo directores y subdirectores de periódicos (en papel, que aún quedan) encuentran horas para acudir a tantos platós día sí día también, mañana, tarde y noche. A la redacción ¿cuando van?.

En las nacionales, en las autonómicas, en las privadas, en las locales, ahí están: Pilar Rahola, Nacho Escolar, Paco Marhuenda, Isabel Durán, José María Calleja, Gistau, Miguel A. Rodríguez, Verstrynge (algún día habrá que dedicarle una tesis ), tantos y tantas, a los que añadir, así, en bloque, a los de “El Gato al Agua” con el susodicho Conde a la cabeza.

La viejas tertulias de cafés y salones, las que frecuentaban escritores, pintores, políticos, plumillas, aspirantes a poeta, damas de alta cuna o baja cama, en las que había espacio para la reflexión, el chiste, la cita erudita, a veces la conspiración, otras la conquista, convertidas en patio de vecindad aireado a los cuatro vientos. La modernidad, le llaman.
P.M.

miércoles, 3 de octubre de 2012

TERRITORIOS DE LA MEMORIA

El viernes 5 de octubre, Chamaco (su recuerdo) vuelve a Barcelona. Será en el Real Club de Polo, símbolo de una burguesía catalana que, en su día, se rindió, como el pueblo llano, a un torero que revolucionó la ciudad . Se proyectará el documental “Chamaco a mi manera” obra del periodista taurino onubense José A. Márquez, al que acompañarán Juan y Tono, hijos del diestro, junto a Marilén Barceló, vicepresidenta de la Federación Taurina catalana y el cineasta Agustín Díaz Yanes, cuyo padre “Michelín” estuvo en la cuadrilla de Chamaco. En una Barcelona, en una Catalunya, en la que el toreo está prohibido y estigmatizado, rendir tributo a Chamaco es no sólo un acto de justicia poética, sino también de resistencia que, en mi caso, toma caracteres que lindan con la intimidad. 

Por eso reproduzco aquí lo que en octubre de 2010 publiqué en Mundotoro y, por eso también me involucré en la idea, con la colaboración desde el primer momento de los arriba citados y alguno más. 

Ahora sólo falta que la afición responda. Por Chamaco, por la Barcelona taurina, por la libertad.


 Corría el año de 1955 cuando, en brazos de sus padres, un niño de apenas dos años acudía por primera vez a una plaza de toros, la Monumental de Barcelona. Nada excepcional, por cierto, ni en aquel tiempo ni en aquella plaza. El niño, seguramente dormido en el regazo materno, era uno más de cuantos llenaban el coso barcelonés como tantas otras tardes, sobretodo desde que un año antes, en 1954, un cetrino y enjuto novillero de Huelva a quien apodaban 'Chamaco' debutó formándose la revolución.

Cuarenta y ocho tardes en dos temporadas hizo el paseillo 'Chamaco' en Barcelona, antes de tomar la alternativa, convulsionando la vida de la ciudad hasta el punto de rivalizar en fervor popular con el gran ídolo Ladislao Kubala, futbolista húngaro del F.C.Barcelona que hizo pequeño el estadio de Las Corts obligando, con su poder de atracción, a la construcción de un nuevo coliseo futbolístico, el que aún hoy se conoce como Camp Nou. 

En los corrillos que a diario se formaban alrededor de la fuente de Canaletas, un espacio de libertad con sordina ganado a la dictadura franquista, los aficionados al fútbol y a los toros discutían educadamente acalorados y con Kubala y 'Chamaco' como protagonistas. El futbolista y el torero redimían de la gris realidad a una sociedad que, sin embargo, intentaba despertar del letargo impuesto por el miedo y la pobreza de una postguerra que todavía pesaba como una losa inamovible en la vida cotidiana.

El niño del inicio del relato, hijo de madrileño y catalana a su vez hija de la inmigración, creció testigo del ejemplo de unos padres de abnegada lucha por la supervivencia sin perder jamás la dignidad, una dignidad y un ejemplo de vida que tenían en el balompié y más aún en los toros los pocos momentos de alegría ahuyentadora de miedos y zozobras. 


Tanto era así que, valga la anécdota, el chaval, cumplidos los seis años, se negaba a pasar por la peluquería, aquellas peluquerías con olor a Floid y Varón Dandy, sí no le aseguraban que al mismo tiempo ese día esperaban a 'Chamaco', algo que, claro está, nunca se producía. Pasados los años, Kubala colgó las botas, 'Chamaco' los avíos, fueron otros quienes ocuparon el corazón de las gentes, el fútbol lo copó todo y el toreo está como está. Es decir, prohibido por ley en Cataluña y amenazado fuera de ella. 

El niño va para abuelo, luce calva donde habitaban rizos, pero intenta preservar el equipaje del alma. Un equipaje en el que junto a la familia y quienes hacen de la amistad solidario viaje, la pasión torera todo lo desborda. Y es por eso, porque se lo debe a sí mismo y, sobre todo, a sus padres, a Kubala (que toreaba a su manera con un balón en los pies), a 'Chamaco' y a todos aquellos que, vestidos de luces y sedas, mejor o peor, con arte o con miedos, ponen su vida en juego frente a un toro, que es la muerte, por lo que no cejará un solo instante, con las razones del corazón y las armas de la palabra, en la lucha necesaria para recuperar la alegría arrebatada con siniestras operaciones de mercadotecnia política que han llevado al arte mayúsculo, efímero y luminoso del toreo al tunel de las tinieblas, del que medio millón de firmas quizás puedan rescatarlo, mientras el ansiado retorno de José Tomás supone- evocando al escritor francés Jean Cau- algo similar a la gozosa espera de los Reyes Magos.

Territorios de una memoria que, de vez en cuando, conviene explorar pues en ellos está la esencia de lo que somos, el tiempo que nos queda. La nostalgia es un error, el olvido una traición. 
P.M.  

martes, 2 de octubre de 2012

BLANCANIEVES Y OLÉ

La derecha y sus voceros acuñaron en su día un término despectivo para (des)calificar a los artistas – así, en genérico, aunque los del cine y el teatro fueran sus objetivos- que salían a la calle en manifestaciones varias, poniendo su cara famosa a la reivindicaciones. Titiriteros, les llamaron.

Cuando todo el país es una manifestación, cuando la reivindicación ya no es grito sino imperiosa necesidad a la que el poder responde con la cachiporra y el desprecio (verbigracia, Rajoy en N.Y.: “Doy las gracias a todos los españoles que en lugar de manifestarse están trabajando”. El que puede, claro, se le olvidó añadir), los escasos momentos en los que podemos abstraernos del ruido y la zozobra vienen de la mano de la cultura. Como siempre.

Sí, los libros, el teatro, el cine, la música…los toros, son el refugio único y necesario, la Arcadia feliz y momentánea, donde la vida adquiere otro sentido, lejos de (tantos) fantasmas de la realidad.

La película “Blancanieves” sería un ejemplo. En ella, esos titiriteros, convierten el cuento de los Hermanos Grimm en un mosaico de emociones sin trampa, en caleidoscopio de una España que, por real, parece fábula.

Ambientada en los años 20, la madrasta de la “Blancanieves” perversamente perversa del director bilbaíno Pablo Berger, pretende, con sus malas artes, sus mezquinas maldades, acabar con algunas de esas cosas hermosas que, de vez en cuando, nos regala la vida. Algo, como verán, no muy alejado de lo que la (mala) política y la (mala) economía no sólo se proponen sino que consiguen.

En blanco y negro ¿acaso hay otra paleta de colores para contar la realidad?, con el único sonido de una banda sonora esplendorosa, en la que la guitarra de “Chicuelo” subraya con sutileza y la voz de Silvia Pérez Cruz aporta matices de alegría y llanto, por la película desfila una España que, ochenta años después de la que se cuenta en el relato, aparece ante nosotros reflejada en el espejo que, por deformante, nos devuelve imágenes aún hoy presentes.


Y, en España, ya saben, hay toros, que se crían en las dehesas, se corren por las calles, se lidian en las plazas. La niña del relato, una criatura de enormes ojos que se comen la pantalla y el mundo, arrancada a su padre -torero postrado por un toro traidor- y en manos de una madrastra subyugante y perversa, acaba, ya adolescente, rescatada de la muerte por una cuadrilla de enanos toreros hasta, que vestida de luces, indulta al toro del destino y sucumbe a una manzana envenenada.

Más allá de dobles o triples lecturas que algunos se han apresurado a hacer, “Blancanieves” es un prodigioso ejercicio de estilo envuelto en orfebrería con quilates de talento, sentido y sensibilidad a espuertas y en la que, además, todo aquello que tiene que ver con el toreo (y es mucho) se trata con una solidez de concepto, sin fisuras ni deslices, como pocas veces se ha visto en pantalla.

Sí, los titiriteros del cine español, esos de los que tanto se mofan Ussía y los de su cuerda, esos a los que se les echan en cara recortadas subvenciones ( que no las haya para el toreo no debería implicar, como insisten muchos de los nuestros , la negación del esfuerzo, el talento y la capacidad de directores, guionistas, actores, actrices, técnicos…) han vuelto a dejarles retratados en su demagogia y con el culo al aire y olé.
P.M.


Trailer de la película "Blancanieves"
de Pablo Berger