viernes, 12 de octubre de 2012

APOLOGÍA Y PETICIÓN

Y qué decir de nuestra madre España,

este país de todos los demonios

en donde el mal gobierno, la pobreza

no son, sin más, pobreza y mal gobierno

sino un estado místico del hombre,

la absolución final de nuestra historia.


De todas las historias de la Historia

sin duda la más triste es la de España,

porque termina mal. Como si el hombre

harto ya de luchar con sus demonios,

decide encargarles el gobierno

y la administración de su pobreza.


Nuestra famosa inmemorial pobreza,

cuyo origen se pierde en las historias

que dicen que no es culpa del gobierno

sino terrible maldición de España,

triste precio pagado a los demonios

con hambre y con trabajo de sus hombres.


A menudo he pensado en esos hombres,

a menudo he pensado en la pobreza

de este país de todos los demonios.

Y a menudo he pensado en otra historia

distinta y menos simple, en otra España

en donde sí que importa un mal gobierno.


Quiero que creer que nuestro mal gobierno

es un vulgar negocio de los hombres

y no una metafísica. Que España

debe y puede salir de la pobreza,

que es tiempo aún para cambiar su historia

antes que se la lleven sus demonios.


Porque quiero creer que no hay demonios.

Son hombres los que pagan al gobierno,

los empresarios de la falsa historia,

son hombres quienes han vendido al hombre,

los que la han convertido a la pobreza

y secuestrado la salud de España.


Pido que España expulse a esos demonios.

Que la pobreza suba hasta el gobierno.

Que sea el hombre el dueño de su historia.

(Jaime Gil de Biedma, 1959)


Medio siglo después, ahí estamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario